Nos alojaron en una habitación a la que se accedía a través un pasillo elevado, con unas excelentes vistas a un callejón desangelado, parecido a un apartamento del Bronx. Puerta de chapa tipo peña y con cerradura cambiada (cuando llegamos pensamos que teníamos okupas dentro). Habitación con cero insonorización. Lo bueno es que si estas aburrido puedes oír chingar a todo el edificio, o a la policía cacheando al yonky del callejón de abajo. Wifi en busca y captura. Sobre la 1 de la mañana parecía que el techo de la habitación se venia abajo, como si todos los wc de Peñiscola evacuasen a la vez sobre nuestras cabezas...toda una experiencia para los sentidos.
El “hotel” tiene mas habitaciones en otro edificio en mejor estado, pero no creo que tenga el placer de poder disfrutar de sus magnificas instalaciones.
Hago entre 80 y 100 noches de hotel al año y nunca he escrito ninguna critica negativa, pero esta vez me he sentido engañado, al pagar a precio de hotel (mas de 120€/noche) algo que no llega a pensión del averno.
Por decir algo positivo la limpieza es correcta y los camareros (los que saben hablar español) simpáticos y serviciales. El desayuno también correcto.
No te digo que me lo mejores...iguálamelo!!