Disfrutamos mucho de nuestra estancia, la habitación es un suite muy cómoda y tiene muy buena luz. Tiene una cama cómoda, una cocina bien equipada, y disfrutamos de la terraza privada y amplia con una vista de la piscina. Nicolás nos atendió de maravilla y durante toda la estancia. Nos trajo el desayuno a la habitación y lo disfrutamos en la terraza. El desayuno fue riquísimo, fresco, completo y abundante, y todo presentando en platos muy bonitos. El pan con mantequilla y mermelada fue delicioso y nos sirvió un excelente café con leche caliente, y más.
Volvería con mucho gusto al Diablo y el Mar.