ViajĂ© con mi familia a La Granja en plenas fiestas. Supimos con antelaciĂłn por el personal del hotel que eran las fiestas de la localidad, pero en ningĂșn momento nos informaron de que las calles estarĂan cortadas ni de las dificultades reales que habrĂa para aparcar (es mĂĄs, nos habĂan dicho todo lo contrario: que, a pesar de las fiestas, podrĂamos aparcar en las proximidades del hotel). Tampoco nos avisaron de que, para llegar al hotel, no tenĂamos que atravesar la verja, sino que debĂamos desviarnos antes a la izquierda. Esta informaciĂłn nos la proporcionaron cuando hicimos el registro y tras, al parecer, hacerles mucha gracia que nos fuera realmente difĂcil encontrar el hotel. De hecho, segĂșn el personal, el desvĂo en cuestiĂłn estaba indicado, algo que comprobamos y descubrimos que no era asĂ.
A diferencia de otros lugares que hemos visitado, el personal no nos hablĂł de lo que podĂamos hacer durante nuestra estancia. Precisamente, nos enteramos de casualidad de que en nuestra primera noche habĂa un encendido especial de una de las fuentes. Cuando regresamos al hotel, nos sorprendiĂł que nos preguntaran quĂ© tal habĂa ido el evento, ya que asĂ comprobamos que eran conocedores de esa informaciĂłn y no nos la habĂan transmitido.
De todas formas, debo resaltar que la informaciĂłn en lĂneas generales brilla por su ausencia en toda la localidad. Para acceder a ella, hay que preguntar a varias personas, consultar diferentes fuentes y luego extraer tus propias conclusiones.